
Para quienes sienten que, a veces, sus emociones toman el control
¿Por qué reacciono así?
A veces, ciertas palabras, gestos o situaciones nos afectan más de lo que esperaríamos. Sentimos una oleada de emociones intensas, como si estuviéramos reviviendo algo del pasado, aunque a veces no lo relacionemos. Esto ocurre porque nuestro cerebro ha aprendido a detectar señales de posible peligro emocional basándose en experiencias previas. Cuando hemos atravesado momentos de dolor, como sentirnos poco valorados, rechazados o traicionados, es natural que desarrollemos mecanismos de protección. Sin embargo, estos mecanismos pueden activarse incluso en situaciones donde no hay una amenaza real, llevándonos a reaccionar de manera automática y desproporcionada.
¿Cómo saber si mi reacción está siendo automática o más intensa de lo necesario?
Si notas que una emoción te desborda y te impulsa a actuar de inmediato, prueba hacer una breve pausa y preguntarte:
- ¿Lo que siento en este momento se relaciona solo con lo que acaba de pasar, o también con algo más profundo?
- ¿Estoy interpretando la situación desde el presente o desde experiencias pasadas?
- ¿Mi reacción está alineada con la realidad de lo que está ocurriendo?
- ¿Cómo me sentiré con esta reacción dentro de unas horas?
Si alguna de estas preguntas resuena contigo, es posible que tu respuesta emocional tenga raíces en aprendizajes anteriores o experiencias que dejaron una huella en tu forma de reaccionar.
Cómo regular mi respuesta sin invalidar lo que siento
1️ Pausa y respira: Antes de reaccionar, inhala profundo y exhala lentamente varias veces. La respiración ayuda a tu cuerpo a salir del estado de alerta y te da espacio para decidir qué hacer.
2️ Dale un nombre a lo que sientes: En lugar de dejar que la emoción tome el control, identifícala: “Esto que siento es enojo”, “esto que siento es miedo”. Ponerle nombre ayuda a procesarla mejor.
3️ Observa el pensamiento que la acompaña: ¿Qué historia se está contando tu mente? Muchas veces, la interpretación que hacemos de la situación intensifica la emoción. Pregúntate: ¿Estoy asumiendo intenciones que no han sido confirmadas?
4️ Valida tu experiencia sin dejarte arrastrar por ella: No se trata de negar lo que sientes, sino de recordarte que esta emoción es válida pero no necesariamente tiene que dictar tu respuesta. Puedes decirte: “Es natural que esto me afecte, pero puedo elegir cómo responder”
5️ Elige una respuesta que te haga sentir en control de ti mismo/a: Algunas opciones pueden ser:
- Expresar lo que sientes con claridad: “Me afectó esto que dijiste, quiero entender mejor lo que quisiste decir.”
- Buscar más información antes de reaccionar: “Quisiera hablar más sobre esto, ¿me lo puedes explicar?”
- Permitirte un espacio antes de responder: “Prefiero tomarme un momento antes de hablar para pensar bien lo que siento.”
Quiero que sepas que tener una respuesta emocional intensa no significa que estés “mal” o que algo esté “roto” en ti. Es una señal de que hay algo que merece tu atención y tu cuidado. Manejar esas respuestas no es ignorarlas o forzarte a no sentirlas, sino comprenderte para darles el espacio adecuado para que no te controlen.
Related Posts
Sanar es comprender nuestras experiencias y transformar sus huellas
Sanar no es un destino al que llegamos, sino un proceso que nos invita a...
El arte de decir “sí” y “no” con equilibrio
En la búsqueda de límites saludables, aprender a decir “no” se ha convertido en...